There.

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miércoles, 19 de marzo de 2014

Sexagésimo cuarto(parte4)

Les esposaron.

-Euclides, haran lo que nunca quisimos.-Dijo Evangeline con lagrimas en los ojos.
-Recuerda que pase lo que pase nada cambiará, te seguiré amando.

Tal y como Evangeline había supuesto a ella se la llevaron al laboratorio y encerraron a Euclides en su cuarto sin salir ni a comer. Él no podía dejar que eso ocurriera, no sin rebelarse, salió de su cuarto, su padre que pasaba por allí le paro:
-Estas castigado, señorito.
-¡¿Perdona?! ¿Después de todos los castigos que he tenido y el que se me acerca  crees que puedes seguir castigandome? Soy mayor de edad por si no lo recuerdas y me quiero ir de este mierda sitio y con Evangeline por cierto.
-A mi no me hables así, un respeto. Sigues bajo mi techo, mando yo.
-¿Qué le estáis haciendo a Evangeline?
-Deja ya a esa chica, lo vuestro no llegará a nada, va a cambiar.
-¡¡¡No!!! No os saldréis con la vuestra.
-¿Quién lo va a impedir? ¿Tú? Vuelve a tu cuarto.
-Sí, yo si hace falta sí.
-Te estás pasando ¿Te alargo el castigo?

Después de esa discusión cerró la puerta de su cuarto de un golpe, pensó en salir por la ventana pero estaba demasiado alta y era muy pequeña, corrió la cama y la puso debajo, nada, seguía sin llegar, probó saltando de la cama y con un gran salto se aferro al alfeizar, nada, se cayó a la cama. Era imposible salir de allí, al fin se quedó dormido.

Después de un mes ahi encerrado dejando notas en el alfeizar que nadie recogía al fin pudo salir y fue corriendo al tronco:
-Eh! Tio quita de ahí es mi sitio, me siento yo.-Dijo al ver a un rubio sentado en su tronco.
-Euclides, soy y...-Se vió interrumpida por un abrazo.
-Te echaba de menos, no recogiste mis notas del alfeizar.
-Me han cambiado de colegio y ya no paso por tu casa para ir, todo me esta yendo fatal.-Dijo con lágrimas en los ojos.
-Corazon, tranquila. ¿Qué es esto?-Dijo Euclides mientras cogía un trozo de espejo que había en la mochila abierta de Evangeline.
-Ah, nada lo encontre mucho antes de que nos escaparamos, no se de dónde es.
-Espera, estás flores se ven diferentes con el espejo.
-¿Cómo dices?
-Mira, en el espejo están marchitas y ahí están preciosas, al principio del proyecto oí que mi padre decia que lo habían probado en las plantas primero, pero en el espejo se ve como estaban mucho antes, cuando era pequeño y corría por aquí las veía así, que raro.
-No tan raro, ¿y si ese espejo ve todo sin los dispositivos?-Dijo Evangeline mirandose en él.
-Dios, con el espejo estás preciosa.-Dijo Euclides besándola y empezando a meter la mano por sus vaqueros.
-Clides, ¿aquí? Es un sitio público.
-¿De qué tienes miedo?-Preguntó mientras la seguía besando y se ponía sobre ella, se desnudaron.
-Osea que no toda tu es un chico ¡eh!-Exclamó Euclides mirando la parte baja de Evangeline con deseo.
-Eso parece.
Y siguieron a lo suyo y acabaron haciendo el amor.

Al día siguiente por la tarde volvieron a verse en el tronco, a desnudarse e hicieron el amor.
-He pensado investigar algo más sobre el espejo, recuerdo que antes de empezar el proyecto mis padres llevaron algunos muebles al trastero, puede que sea un espejo que esté alli.
-Esta bien, mañana por la mañana mientras voy al colegio puedes ir, llevate una de estas flores para comprobar si es el espejo.

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