La dinámica del concurso era escribir un microrelato de máximo 200 palabras y que empezara con la frase "Cuando abrió los ojos, supo que nunca había estado allí y sin embargo, el lugar no le resultaba del todo desconocido":
Cuando abrió
los ojos, supo que nunca había estado allí y sin embargo, el lugar no le resultaba
del todo desconocido, había varias cajas esparcidas por la pequeña habitación,
en algunas de ellas había libros viejos, cogió uno de ellos y lo observó, le recordó
a alguien, había algo familiar en él, la dorada cubierta estaba llena de polvo
con una inscripción que decía: “El libro que ojalá puedas leer”. Lo abrió con
delicadeza, no era la primera vez que lo leía, él era el protagonista, esa
habitación era el lugar donde la historia transcurría.
Lo leyó por
segunda vez devorándolo como si nunca antes hubiera llegado a sus manos, en
cuestión de horas ya lo había acabado. Volvió a ojear los demás libros que
llenaban aquellas cajas, todos con la misma cubierta dorada, pero con distintas
inscripciones en ellas: “El libro que jamás debes leer”, “El libro que te hará
vivir”, “Tu historia”. Todos aquellos escritos por la misma persona, deseó
leerlos todos, pero no tenía mucho tiempo, por las ventanas observó como el sol
desaparecía, no quedaban muchas horas de luz.
Echó un
vistazo a cada detalle de la habitación, era tal y como el libro describía,
lúgubre, oscura, tétrica, un escalofrío recorrió su encogido cuerpo, allí la
temperatura bajaba brutalmente cuando el sol desaparecía.
Publicado con permiso del Hogar Extremeño de Zaragoza.
Y este es el relato con el que he tenido mi primer premio, espero que os haya gustado y muchas gracias por leerme. ;)