There.

There.

domingo, 5 de enero de 2014

Cuarta y última parte de: El soplo del hada del paraíso verde.

HADAS Y OTRAS ANORMALIDADES ALADAS.

Las hadas no son muy comunes son el 0,1% de la población de un país cualquiera.
Son personas que han perdido a sus dos padres en un accidente estando la persona presente.
No suelen tener alas sólo suelen tenerlas una de cada cuatro hadas.
Sus poderes son:
Pueden salvar a personas de accidentes según como sea el tipo de hadas; las más comunes son las “sopladoras”, son unas hadas que salvan soplando en la cara a los demás, el otro tipo de hadas son las aladas que no suelen tener este poder.
Pueden salvar a una persona que acaba de morir (no por accidente, si es por accidente es el poder mencionado anteriormente) por naturaleza, pero sólo puede darle un día más de vida(con el mismo procedimiento que el poder anterior).
NOTA: Si resucita a sus padres justo después del accidente todos sus poderes desaparecen.
Leímos todo lo que mencionaban sobre las hadas y sólo encontramos la información anterior.

-¿Entonces podría haber resucitado a mis padres?
-Supongo, pero no es tu culpa, no lo sabías y a parte tus poderes habrían desaparecido.
-Ya, pero no los habría necesitado.
Devolvimos el libro y fuimos al cementerio, porque se lo había pedido a Dylan.

En el cementerio lloré desconsoladamente en la tumba de mis padres, mientras Dylan estaba en la de nuestro abuelo.

Cuando terminamos fuimos a casa de mi abuela y le contamos todo lo que habíamos descubierto y lo escribí en un papel para que no se nos olvidara.

Los dos siguientes meses pasaron bien, ya era Junio, estaban a punto de empezar las vacaciones y el uno de Julio nos íbamos Dyl, la abuela y yo a mi paraíso verde.

Llegó el día esperado y partimos hacia allí, se supone que íbamos a estar allí la primera quincena de Julio y luego seguramente nos iríamos Dyl y yo solos a otro sitio.

Los primeros días transcurrieron muy bien, pero el día ocho mi abuela se encontraba muy mal y ese día estuvimos en el hotel cuidándola y llamamos a los padres de Dyl. Dijeron que igual era que le tocaba morirse, pero no hicimos caso de esa idea, al día siguiente la encontramos en la cama sin pulso. Había muerto.

A Dyl y a mi se nos pasó la misma idea por la cabeza, cogimos el papel y leímos que yo la podría despertar y que viviera un día más así que para que pasara todo el día en Zaragoza la llevamos antes de resucitarla. Llamamos a todos los tíos y primos y mientras me cambiaba y me ponía el disfraz Dyl habría la puerta de casa para que entraran y resucité a mi abuela.

El último día de su vida lo pasó dándonos las gracias por todo y recordando viejos tiempos, fue lo mejor, pero el tiempo se acababa, ella asumía que era lo que tenía que pasar así que no lucho por vivir y nos dio gracias a todos.

Al final del mes fue el funeral y la primera quincena de Agosto la pasamos en Zaragoza planeando la segunda quincena, que nos íbamos a ir a Roma, Italia.

Fue un viaje muy largo, pero cuando llegamos cogimos las maletas y enseguida salimos del hotel para hacer muchas fotos y estar en todos los sitios. Era precioso y lo mejor es que seguíamos siendo novios y nos queríamos mucho.

Nos lo pasamos muy bien y desconectamos de todo.


Hicimos todas las visitas turísticas que podíamos y lo más importante: estábamos muy felices; no queríamos que acabara, pero todo lo bueno tiene final y esta historia también tiene que acabar ya, así que sólo os digo que vivimos felices y comimos perdices y revelamos todas las fotos de Italia e hicimos un gran álbum que luego observábamos diciendo todo lo que hicimos allí.

Pero el final de esta historia no es muy agradable porque cuando cumplimos diecinueve años nos tuvimos que separar ya que yo me iba a estudiar a Inglaterra; pero no todo fue malo porque unos años más tarde Dyl vino para visitarme y decirme que iríamos a Suecia ese verano. En Suecia nos lo pasamos tan bien como en Roma y también hicimos muchas fotos y otro gran álbum.

Allí acabó todo, porque tuvimos un accidente y como yo no nos podía resucitar,  ya que también había muerto, todo se acabó.