There.

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miércoles, 4 de enero de 2017

Cuento de Navidad

Llevo días con esta idea en la cabeza y por fín he podido plasmarla, espero que os guste:



-¡Quiero poner el Belén ya!-Marcos llevaba gritando aquello toda la mañana.

Fuera hacía frío, así que Marcos no había podido salir a pasear con su madre para observar las decoraciones de Navidad que llenaban las calles y plazas de Zaragoza.

Marcos tenía 8 años y disfrutaba mucho con el espíritu navideño así que su casa acababa llena de lucecitas y decoraciones.

-Marcos, mamá está cocinando, espera a que acabe-Decía su padre mientras intentaba leer el periódico

Al final de la mañana cuando la madre de Marcos ya había acabado de hacer la comida se dispusieron a poner el Belén para que él pudiera estar contento, le encantaba ordenar las figuritas a su manera; los Reyes Magos camino de Belén, un pastor al lado de sus ovejas y su perro cerca de un pequeño río que hizo hace años con cartulina azul, en el pesebre ponía un pequeño portal con una bombilla que simulaba un fuego cuando la enchufabas. Echaba cuidadosamente serrín y musgo que tenía guardado en un pequeño paquete, para que según él las ovejas tuvieran algo que comer.

Cuando todo estaba acabado se dio cuenta de un detalle y empezó a llorar y patalear, quizá era algo mayor para eso, pero le gustaba que todo estuviera perfecto y más cuando se trataba de las fiestas de Navidad, pero faltaba algo esencial de colocar en el Belén, la figura del niño Jesús, recuerda haberla envuelto y guardado junto a las demás en su caja.

-¡No está!-Dijo entre sollozos.
-¿Qué pasa?
-Jesús, falta el niño.
-Tranquilo, estará por alguna parte, lo encontraremos.

Pasaron parte de la tarde buscando la figura y no aparecía por ningún lado, Marcos estaba muy triste.
Ese año era el primero que Manuel, el hermano mayor de Marcos no estaba en casa, tenía 20 años y estaba estudiando fuera de casa, les veía escasas veces y siempre había sido un gran apoyo para Marcos y por ello ese año él estaba mucho más triste, las pataletas eran más frecuentes, y las calificaciones en el colegio cada vez más bajas. Sus padres hacían todo lo que podían por que Marcos estuviera más feliz, pero cada noche cuando se acostaba besaba la fotografía de su hermano que yacía sobre su mesilla.

Manuel por su parte también echaba de menos su hogar, estar tan lejos de aquellos que quiere nunca le ha gustado, notaba que le faltaba algo a su alrededor, ese apoyo que siempre tenía, cuando todo iba mal la inocencia de Marcos le ayudaba a ver que seguía habiendo un lado bueno en la vida, un lado que brillaba.

Marcos siempre tenía la esperanza de que pronto vería a su hermano mayor, pero esta vez estaba más triste de lo normal y le costaba mantener la esperanza, hacía mucho desde la última vez que le vio y le enseñó cómo jugar bien a algunos videojuegos para que luego pudiera contarles a sus amigos lo guay que era su hermano mayor. La tristeza se acumulaba cada día, y al despertarse iba directamente a donde estaba puesto el Belén para ver si la figura del niño Jesús había nacido ya, pero ningún día lo hacía. Daba todo por perdido, el Belén y a su hermano.

Después de varias semanas observando el Belén se acercaba la Navidad, y aún faltaban muchas cosas por arreglar, pero la figura seguía sin aparecer, así que el 20 de diciembre cuando Marcos se levantó quito el Belén y cada uno de los adornos que hace días había puesto con tanta ilusión, según él ninguno tenía sentido sin el niño Jesús.

Manuel por su parte iba camino de su casa por Navidad y no había avisado a su familia, pero sabía que esa tarde era el festival que hacían en el colegio de Marcos, el tren llegó justo a la hora prevista, y él fue a su casa donde ya no había nadie, se habían ido ya al colegio, pero Manuel lo usó como ventaja, puso todos las decoraciones que Marcos había quitado aquella mañana y dejó en el pesebre la figura del niño Jesús que le había comprado.

Cuando acabó su labor en casa fue al colegio de Marcos para verle actuar, ya que sabía que aquella sorpresa le animaría mucho.

Llegó justo cuando empezaba la parte en la que salía Marcos así que su hermano se levantó en las gradas y alzó los brazos para que se percatará de que estaba ahí, Marcos en el escenario empezó a sonreír y a llorar de emoción, no sin olvidarse de la actuación la cual le salió perfecta.
Cuando acabó la función se abrazaron fuerte, ambos se echaban mucho de menos.
-Vamos a casa llorica-Le dijo Manuel cogiéndole de la mano
-No sabía si esperar al 25 para darte esta sorpresa-Dijo Manuel cuando llegaban a casa
-¿Otra? Sólo quería que vinieras ya-Contestó Marcos muy feliz
Al entrar en casa Marcos se quedó boquiabierto al ver todas y cada una de sus decoraciones colocadas en su sitio, y en el pesebre la figura del niño Jesús, no paraba de llorar y abrazar a Manuel, él también se echó a llorar añoraba esos momentos en los que ambos sabían que estarían ahí para apoyarse el uno al otro.

Así que finalmente para el día de Navidad, sí que había nacido el niño Jesús en casa de Marcos y Manuel y con él la felicidad y la esperanza de un nuevo camino juntos.

 #cuentosdeNavidad