A la mañana siguiente yo me había despertado muy pronto, ya
que tenía que ir al colegio y quizá acompañaba a Dylan al suyo, preparé los
desayunos para todos, me tomé el mío y desperté a mi primo; se tomo el desayuno
y lo acompañe al colegio.
-Me lo pase muy bien ayer, la verdad es que eres una experta
en cumpleaños.-Empezó a decir Dylan.
-En serio ¿ironía no?
-No, no en serio.
-Si tu lo dices.
-Oye, gracias por el consejo de ayer; pensaba ir esta tarde
a ver a mis tíos al cementerio, si quieres vamos juntos y te voy a buscar a
casa de mi abuela.
-Claro, ¿a las seis?
-Vale, adiós.
-Adiós.
Me fui a mi colegio y allí estuve hasta las cinco.
-¿Abuela?
-Si.
-Me iré a las seis al cementerio con Dylan.
-Seguro que es lo que quieres.
-Creo que sí, no los he visto desde el accidente y los hecho
de menos.
-Bueno lo que quieras, tienes la merienda en la mesa de la
cocina.
-Gracias.
Me comí la merienda y me duché.
A las seis ya estaba Dylan en casa me cambié y nos fuimos
andando al cementerio.
Una vez allí Dylan les dejó unas flores que había comprado
conmigo por el camino y los dos nos pusimos a rezar. Él tampoco había visto a
mis padres desde… espera él no los conoció.
-Dylan, yo, lo siento.
-No te preocupes.
-¿No los conociste?
-No.-Una lágrima empezó a deslizarse por su cara.
-Dylan.-Le dije quitándole con el dedo la lágrima
suavemente, le abrace y empecé a llorar.
-¿Por qué lloras María?
-No soporto verte así, salgamos.
Volvimos a casa y fuimos todo el rato callados, cuando
llegué me despedí de Dylan y me eché a los brazos de mi abuela:
-No sabía que Dylan no los conoció.
-Pues ya lo sabes.
-Lo sé, sabes me siento muy culpable: él está sufriendo
mucho y yo le estoy mintiendo, él no tiene nada de culpa, maldito mi
pensamiento de hacer esto.
-No puedes echar marcha atrás, es lo que elegiste, tendrías
que haber pensado si todos eran culpables y si se lo merecían.
-Ya, pero yo no tenía mucho tiempo, he cometido el peor
error de mi vida.
Ya era octubre y no sabía que hacer: primero pensé decírselo
a Dylan, porque él me entendería, pero luego pensé que no me querría ver ni en
pintura ¿qué hacer?
Un día llamaron al teléfono y lo cogí:
-¿Quién es?
-Soy Dylan.
-Ahora le digo a tu abuela que se ponga.
-No, no quiero hablar con ella, quiero hablar contigo te
paso a buscar en media hora, hasta ahora.
-¿hola?-Ya estaba comunicando, no me había dejado decir
nada, ¿lo sabría ya?
En media hora Dylan ya estaba en casa:
-Señora Angelina, me voy con Dylan a dar un paseo, hasta
luego.
-Adiós, que os divirtáis, chicos.
-Bueno de que querías hablarme.
-Espera a que lleguemos.
-¿A que lleguemos a dónde?-No entendía nada.
-No digas nada.-Me cogió de la mano y se puso a correr y yo
detrás de él.
Llegamos a un paseo que estaba bañado por la ribera del río
Ebro y nos sentamos en un banco:
-Es precioso, nunca había visto algo así.-Fue lo primero que
se me ocurrió.
Entonces de repente algo ocurrió, la verdad es que no sé el
que, los dos nos sentíamos muy unidos y yo sabía por qué era, éramos primos,
pero ¿a él que le uniría tanto a mi?
-¿Qué me querías decir?-Nada más decir esto, yo ya supe que
le unía tanto a mi; nuestros labios se juntaban cada vez más hasta que sólo
quedaba un milímetro entre ellos y me besó; él me quería, no me lo podía creer,
me sentía más culpable que nunca: yo le mentía y él me quería, me daban ganas
de ahogarme en el río.
-Sólo quería decirte eso, María, yo te quiero.
-No, no puedo, lo siento, es que no te mereces a alguien
tan… como decirlo, tan gilipollas, lo siento enserio; adiós nos vemos en
navidades.
-Espera, tu no eres gilipollas y te quiero, no puedo esperar
hasta la navidad.
-Es lo mejor, confía en mi.-Me fui.
Ya sabía que tenía que hacer en navidades, pero quedaban dos
meses.
Mi abuela llegó a casa llorando, había venido de la
residencia donde estaba mi abuelo que se encontraba en muy mal estado:
-¿Abuela?-Ella no dijo nada.
-Lo siento, llamare a toda la familia.
-Espera, no me has contado que ha pasado con Dylan.
-Eso, ahora da igual, en resumen le he dicho que soy
gilipollas.
Le había llegado la hora a mi abuelo, y lo peor: mi abuela
le había visto morir, ella lo quería mucho.
-No, lo que da igual es tu abuelo.
-¿Cómo puedes decir eso?
-Mira tu abuelo ya ha fallecido, no podemos hacer nada, pero
vosotros seguís vivos.
-Te lo contaré luego, sólo si me dejas llamar a los demás.
-Vale, pero luego hablamos.
Llamé a mis tíos cuando de repente empecé a llorar
desconsoladamente; todo en mi vida iba mal, muy mal: yo no tenía padres, ni
abuelo y casi ni familia porque entre que ellos no fueron al funeral de mis
padres y que yo les he estado mintiendo siempre, creo que nos odiaríamos
mutuamente.
Mi abuela me oyó llorar, vino y me dijo:
-Mira ya es muy tarde, si quieres cenamos, nos vamos a
dormir y los llamamos mañana cuando todo haya pasado.
-Exactamente, cuando todo haya pasado ¿no? No les
informaríamos bien a parte no se puede pasar de página sin haber acabado algo,
así que vamos a acabar con esto cuanto antes.-Le conteste y cogí el teléfono
para llamar a mis tíos.
-Sí, dígame.
-Soy María y tu debes de ser José ¿no? Pásame con tus
padres.
-Hola, María.
-Hola señor Pablo.
-Llámame tan sólo Pablo.
-Mire Pablo, hay algo grave que le quiero contar: su padre
ha fallecido, lo siento, que tengan buenas noches, adiós.-Colgué rápidamente y
me eché a llorar.
Volví a coger el teléfono y llame a los Darlin:
-Hola, ¿Quién es?
-Hola usted debe de ser Santiago Darlin ¿no es cierto?, soy
María.
-Ah sí cierto, el ama de casa que trabaja para Angelina
jajjajjaja.
-Claro, jajajajajajaaja, pero lo que le quería contar no
tiene gracia, su suegro ha fallecido, lo siento, que tengan buenas noches,
adiós.-Me eché a llorar, tenía que llamar a Dylan, no podía, era demasiado, aún
así me armé de valor y llamé.
-¿Quién es?-Dijo Priscila.
-Hola, Priscila, soy María, la que trabaja para tu abuela.
-Claro ¿Con quién quieres hablar?
-Contigo mismamente: tu abuelo ha fallecido, lo siento,
hasta otro día.-colgué y ya no pude más abrace a mi abuela con todas mis
fuerzas y las dos lloramos una hora seguida.
-Bueno me has dicho que te contara lo que ha pasado ¿no?
-Claro.
-Le gusto y yo le estoy mintiendo, no puedo, enserio te lo
juro, no puedo, la verdad es que yo también había empezado a sentir algo
diferente por él, pero es imposible, somos primos, le dije que yo era una
gilipollas y que no se merecía a alguien así y él antes de todo esto me… besó,
yo ya no podía más estaba por ahogarme en el río, porque no te lo he contado,
pero él me llevó a la ribera del Ebro.
-Todo lo que él hace por ti es muy romántico y ¿Qué piensas
hacer con lo de el ama de casa?
-Pensaba en navidades contárselo y marcharme para siempre de
esta familia por lo arrepentida que estoy.
-Vale, lo de contárselo me parece muy bien, pero lo de
marcharte, no puedes huir de tus males, quédate conmigo, ya verás todo se
solucionará.
-Vale, me quedaré, pero Dylan no me lo perdonará nunca.
-Bueno ¿cenamos?
-Vale.
A finales de octubre fue el funeral de mi abuelo, todos lo
pasamos fatal, especialmente ella, Angelina, no podía ni controlarse y si no
fuera por mis ánimos ella ya estaría muerta, tenía mucha razón en lo de que me
tenía que quedar con ella.
Después del funeral Dylan vino a hablar conmigo:
-¿Para qué has venido?-Empezó diciendo.
-Para acompañar a tu abuela.
-Bueno eso creo que es obvio, pero yo no puedo olvidarte.
-Yo lo que no puedo olvidar es el beso que me diste el otro
día y tampoco el sitio al que me llevaste era precioso, lo más bonito que yo he
visto hasta ahora.
-Pero, entonces ¿tú también sientes algo por mi?
-No sé, yo… estoy confusa.
-Bueno vamos a hablar de otra cosa ¿tus padres?
-¿Cómo que mis padres? No entiendo lo que quieres decir.
-Bueno, pues lo que quiero decir es muy simple: quienes son,
donde están, todo eso que debería saber.
-Ellos… esto…-Me había quedado sin palabras.
-Ellos que ¿están muertos cómo los de mi prima que
supuestamente murió?
-Te lo puedo explicar, pero dame tiempo, por favor.
-No, como bien dijiste nos veremos en navidades, pero la
verdad no entiendo cómo al ver las fotos de la boda de mis tíos lloraste y la
historia de su muerte la contaste como si fuera mentira.
-Espera yo…-Se fue. Empecé a llorar mucho hasta que mis
lágrimas se mezclaron con una espesa lluvia de la que un taxi que buscó mi
abuela me salvó.
Ya no le volví a ver más, creo que hasta desapareció.
A principios de Noviembre era mi cumpleaños, pero sólo me
felicitó mi abuela y me regaló un joyero precioso que coloqué al lado de la
foto de mis padres; esa foto la observaba cada día y pensaba en que si los
hubiera tenido allí siempre, nada de esto hubiera ocurrido y no estaría a un
paso de perder a mi familia.
Todo el mes de
noviembre lo pasé fatal, no podía más, pero tenía que afrontar lo que estaba
pasando, así que cogí una hoja y empecé a escribir mi discurso de navidades
DISCURSO DE NAVIDAD:
Bueno quiero deciros que yo no soy María el ama de casa que
trabaja para Angelina como me conocieron en un principio, ni tampoco soy
detective, ni nada de lo que penséis, sólo soy una cosa que nunca se os habrá
pasado por la cabeza, bueno quizá a Dylan se le ocurrió, bueno a lo que iba yo
soy familiar vuestro y os preguntareis que familiar soy y por qué he hecho todo
esto ¿no?, pues bueno os voy a contar todo ahora:
Yo soy hija de Nicolás y Sandra vuestros familiares que
murieron cuando yo tenía tres años en un accidente de tráfico y como es de
esperar yo me sentía fatal sin tener padres, pero siempre supe que Angelina, mi
abuela, estaría a mi lado.
Yo os he hecho pensar que soy María el ama de casa que
trabaja para Angelina, porque me supo muy mal que ninguno de vosotros excepto
mi abuela hubiera ido al funeral de mis
padres, pero más tarde descubrí que no todos tenían la culpa, qué no todos se
merecían esta mentira y qué las cosas se empeorarían cada vez más. Pues más
tarde me di cuenta de que Dylan y yo
sentíamos algo diferente entre los dos, es decir, que nos queríamos, y a mi me
supo muy mal darme cuenta de esto, ya que,
yo le mentía a él y él me amaba de verdad.
Sólo quiero que me perdone, pero no le pido que lo haga
ahora sino cuando se ponga en mi lugar y piense lo que habría hecho él:
si habría afrontado tener una familia así o si como hice yo,
hubiera hecho como si no fuera de la familia. Y también quiero que eso lo
penséis todos y que penséis si me merezco el perdón; y si no me lo merezco no
me perdonéis nunca, porque yo misma pienso que igual no tengo perdón.
Y sólo quiero que algún día lo que Dylan y yo soñamos se
haga realidad, aunque haya dificultades por en medio; como que somos de la
misma familia.
LO SIENTO DE TODO CORAZÓN.
No hay comentarios:
Publicar un comentario