There.

There.

martes, 24 de junio de 2014

Estoy cansada.

Esto es algo diferente, no es ni una historia ni algo que ha pensao mi conciencia y tenga sentido. Es solo que llevo un mes de perros y necesito desahogarme.

Estoy cansada de este mes que llevo de exámenes, de esforzarme y no conseguir nada a cambio y otros que no han movido ni un dedo tengan más cosas que yo como recompensa, de levantarme con el pie izquierdo todos los días.

Estoy cansada de que la gente no se interese en las cosas importantes y que de verdad merecen la pena, de no ser valorada a veces, de que la gente pase de mi.

Estoy cansada de que la gente no sepa salir y quedar más que para beber, en realidad eso no es la esencia de la vida, esas personas que solo se preocupan de si las circunstancias van a dejarles beber e irse de fiesta, de esos estoy cansada, de proponer otros planes para salir y que pasen de ti o peor, se rian de ti, perdón por no ser normal, solo soy yo misma.

Estoy cansada de ir a las tiendas ver una camiseta que me encante y no halla mi talla, vale eso igual aqui no pega, pero me fastidia, igual que encuentras esos zapatos que tienen que ser tuyos y no hay tu talla es como WTF?!?! Gracias;)

Estoy cansada de esas personas que son marionetas que no pueden forjarse opinión propia y simplemente siguen a la multitud, pensad por vosotros mismos.

Estoy cansada de participar en concursos y nunca ganar nada, te mandaremos un correo dicen y solo te mandan publicidad.

Estoy cansada de que la gente no se interese por mi.

Bueno en realidad estoy cansada de más cosas, pero si las digo todas no acabaría nunca.

Lo necesitaba, llevo un mes fatal como os he dicho.

lunes, 9 de junio de 2014

Cascarón

Estos días, pienso y reflexiono demasiado, son los efectos secundarios de los exámenes, pero la parte positiva es que esto me ayuda a tener ideas para escribir.
En estas semanas dos personas que creía amigas parece que no lo son tanto, cosa que me hace pensar más, así que allá va mi reflexión:

Desde pequeña he pasado por cosas difíciles a lo largo de la vida, como todos, estas cosas te hacen fuerte, te ayudan a saber cómo enfrentarte a los acontecimientos que van pasando a tu alrededor, es decir vas forjando tus instrucciones de la vida. 
Yo me he formado una cáscara que parece dura pero por dentro, soy muy blanda y amable, como un huevo diría yo, esa cáscara que me protege es aquello que muestro a los demás, mi físico, aunque parezca duro en el fondo no soy más que una persona con alegría de vivir, pero esta cáscara me ayuda a tener seguridad en la vida.

Cada uno tiene una cáscara de un tipo pero todas se van rompiendo, ya que hay cosas en la vida que nos hieren, que nos vuelven sensibles hacia el mundo, cosas que hacen grietas en esta cáscara y son difíciles de sellar y sanar, la filosofía de la vida, para mí, es ir formándote cada vez una cáscara más fuerte para que esas heridas cada vez te vayan resbalando más y no la puedan penetrar, así cada vez te haces más fuerte y lo que ayuda son las experiencias de la vida, las personas que te defraudan, las que te hacen daño, los traspiés que vas dando, los errores que cometes, las cosas que no sabes resolver, los problemas. Esto te ayuda a que te vayas forjando una cáscara mejor, unas instrucciones y una filosofía de vida más útiles.

Y al final cuando consigues la felicidad, no necesitas cáscara que te proteja porque has aprendido a cómo actuar en la vida, es el momento en el que sale el pollito del cascarón, a él también le hacen daño las cosas, pero está en la vida de paso, como tú y como yo y sabe como enfrentarse al mundo ya que ha vivido demasiadas cosas y todo se lo toma con más humor.
Al salir ese pollito del cascarón es cuando muestras a los demás tus alegrías, tus sueños y las cosas buenas de la vida.

Deja salir el pollito que llevas dentro;)

martes, 20 de mayo de 2014

Os echaba de menos;)

Hace mucho que no escribo, y es porque estoy intentando hacer otro libro, lo malo es que es algo complicado el tema que he elegido, llevo mucho tiempo queriendo escribiros algo, pero no se me ocurre, y estos días voy mal de tiempo así que había pensado escribir algo así como un corto, el caso es que eso nunca me ha salido ya que siempre me voy por las ramas, pero vamos a intentarlo.
Nicole de pequeña había sufrido demasiado, todo a su alrededor se había ido cayendo como piezas de domino. A los siete años entro en un reformatorio, ya que en el colegio anterior al que iba la habían calificado de peligrosa, ella no se consideraba así. Había perdido a su padre, y su madre al ingresarla en el reformatorio, se metió a prostituta para poder pagarlo, ella se sentía como un impedimento para todo, ya que su madre se tuvo que sacrificar mucho por ella.
Siempre le había atraído el color de la sangre, iba siempre vestida con colores rojizos y deseaba poder teñirse de pelirroja de mayor, siempre se pintaba las uñas de color rojo, las ideas de matar muchas veces recorrían su cabeza, pero nunca había herido ni menos matado a nadie.
A los dieciocho años salió del reformatorio y se compró un piso en Londres. El piso era espacioso y como había planeado vivía sola, sin chicos que le impidieran nada, le gustaba mucho la biología así que cogió un piso con un sótano para poder guardar experimentos en casa, se metió a la universidad a cursar la carrera de biología.
Allí todo le fascinaba le resultaba increíble la vida y el hecho de que todo funcionara así porque sí, reacciones tan complicadas generaban vida o alimento para las plantas, otras reacciones hacían que los animales sufrieran metamorfosis o crecieran, todo era fascinante.
Al acabar la carrera de biología se veía con ganas de aprender más y se metió a química, así podría inventar cosas nuevas con el color de la sangre como ella siempre había deseado, y claramente se tiñó de pelirroja nada más salir del reformatorio, todo esto lo hacía a costa de su madre, todo se lo pagaba ella, parecía que su madre se las arreglaba bien para mandarle dinero cada semana, ella no la había conocido más allá de los siete años de vida que permaneció con ella, quería hacer un viaje para verla y llevarle algo de dinero, así que decidió trabajar.
Acabo de modelo en una prestigiosa tienda en Londres, en unos meses se podía permitir un viaje barato a Cansas, donde vivía su madre, cogió la dirección de sus cartas y se dirigió hacía allí.
Convenció a su madre para que fuera a vivirse a Londres con ella, pero años más tarde su madre murió, la causa decían en los periódicos que había sido un infarto, pero ella tenía otros planes para su madre, ella no había sido todo el tiempo prostituta, se casó con un rico hace muchos años después de que ella ingresará en el reformatorio, supuso que ella llevaba mucho tiempo viendo al rico, del que Nicole no sabía nada, ni siquiera su existencia, su madre la volvía loca con llevarla a Cansas a ver al hombre rico misterioso, pero nunca quería que Nicole le conociera, ella tampoco tenía interés porque tenía la teoría de que intentaría hacerse pasar por su padre, así que al ver tan pesada a su madre decidió eliminarla, y no fue más que el comienzo de algo nuevo.
Su madre se llamaba Ana, y por ello empezó un plan para su vida, ir matando a gente por orden alfabético según sus nombres.
FIN.

Es el comienzo de lo que tenía pensado que fuera mi próximo libro, espero que os guste, pero este argumento es difícil de seguir, lo intentare. Besos.

viernes, 11 de abril de 2014

El tiempo se acaba antes de que nos demos cuenta

A veces el tiempo va tan rápido que no nos deja darnos cuenta de las cosas buenas y fugaces de la vida, porque el tiempo escasea para todos.

Es verano, pero cuando te quieres dar cuenta ya estas con los examenes de final del primer cuatrimestre, acabas el bachiller y parece que fue ayer cuando entraste en el colegio con dos años.

Es semana santa, lo has esperado desde el final del verano para poder volver a disfrutar de las buenas cosas, pero pestañeas y halloween se vuelve más cercano que San Jorge.

Ves crecer a alguien al lado tuyo, y parece que fue el mes pasado cuando le conociste y tenía cinco años, ahora ha creido, tiene doce y le has visto sonreir todos estos años que han parecido minutos, incluso segundos.

Hace cinco años que has empezado una rutina en tu vida que te gusta y parece que fue el año pasado cuando ni siquiera has pensado en esa idea de rutina veraniega.

Empiezas la universidad, haces selectividad y de repente ya ha pasado el primer año de carrera entre risas y amistades.

El tiempo no nos espera, no espera a que nos paremos a pensar en las cosas que están pasando, en lo bueno que la vida nos da, en aquellas personas por las que deberías dar las gracias. Por eso debemos disfrutar de toda esta magnifica cualidad, la de poder vivir, debemos preocuparnos menos por aquello que nos duele y más por aquello que nos hace felices y nos reconforta.

Felices pascuas;)

miércoles, 19 de marzo de 2014

Sexagésimo cuarto(parte6 y última)


Al día siguiente Euclides se despertó pronto, no podía dormir y decidió ir al laboratorio viejo ya que ya no lo usaban sus padres, buscó tubos de ensayo con algún tipo de etiqueta y nada, llevaba el espejo en el bolsillo lo sacó y lo puso sobre la mesa que había delante de él, lo fundió hasta obtener una masa bastante fluida y cogió una de las carcasas de dispositivos que había sobre una estanteria, metió el líquido dentro de la cápsula, era demasiado grande para meterla en la flor que llevaba en el bolsillo y la cortó por la mitad con un artilugio que tenía una cuchilla, aunque no conocía su utilidad. Metió la capsula en el corazón de la flor, no pasó nada. Maldijo todo lo que existía.

Aún eran las ocho de la mañana y Euclides fue al tronco a tomar el aire con la flor en el bolsillo pensando en qué se les escapaba, sacó la flor y ahí estaba marchita, como si fuera otra, lo había logrado. Corrió hacia el colegio de Evangeline donde ella estaría en la puerta con sus amigas ya que entraban a las ocho y media así que aun tenía media hora para llegar hasta allí.

-¡Evangeline!-Exclamó él al llegar jadeando.
-¿Qué haces aquí?
-Lo tengo.
-¿Tener el qué?
-Ven te lo explico.-Euclides le explicó todo mientras sacaba la otra mitad de capsula del bolsillo y se la tendía a Evangeline, ella se la tomó y nada, no pasó nada, Evangeline no fue a clase y se quedaron en el tronco hablando.

De repente Evangeline empezó a convertirse en chica, su pelo rubio volvía a brillar sobre su cabeza. Se besaron y volvieron a manifestar sus necesidades como días atrás, pero esta vez era mejor, todo había vuelto a ser como antes.
-Pero no me pueden ver así
-Escápate de casa, quedate en la choza que construí.
-Está bien, ¿pero qué toca ahora?
-He pensado llenar más capsulas y echarlas en la comida y todo volverá a ser como antes después de cenar.
-Genial, esta tarde vamos los dos juntos al laboratorio.

Llenaron muchas capsulas de la esencia del espejo y las echaron en la comida, a la noche en la cena todo el mundo se revolucionó ya que todo había vuelto a ser como antes, Euclides, Evangeline y unos amigos suyos dispararon sus armas a la voz de ¡Fuego! De Euclides y todo se revolucionó pusieron bombas en las casas de los gobernadores aunque fueran sus padres y al final todo estaba destrozado y todo el mundo corría en cualquier dirección.

Todo se acabó y pudieron vivir solos y en paz, construyeron la casa de sus sueños y vivieron en ella sin preocupaciones solo Euclides y Evangeline. Alrededor había más casas de los demás que habían sobrevivido, pero todo era una ciudad como antes y no un poblado con una valla alrededor.

Sexagésimo cuarto(parte5)

Se despidieron para poder llegar a la cena, Euclides estaba hambriento ya que llevaba mucho tiempo sin comer.

Por la mañana se puso unos vaqueros y una camiseta vieja y cuando vió que era el único en su casa bajó al trastero. Allí todo estaba oscuro, uso la linterna que llevaba en el bolsillo junto con la flor, oyó una voz.
-¿Quién anda ahí?
Era el guardia del trastero, ¿un guardia en el trastero? Que raro eso nunca lo habría pensado se escondió y cuando el guardia se fue con su linterna por un pasadizo para mirar quién había, él siguió por otro pasillo, encontró un espejo gigante y puso la flor delante, nada, no estaba marchita. Más adelante había otro espejo, pero este era mas pequeño, casi de bolsillo, le faltaba una esquinita donde parecia encajar el trozo que tenía Evangeline, la flor, estaba marchita. Cogió el espejo y se fue, se topo con el guardia.

-No tan rápido chico.
-Soy el hijo de los dueños mi padre me ha mandado que baje a por este espejo.
-¿Tu crees?
-Sí, claro.
-Está bien, puedes irte.

Corrió por las escaleras. Se metió en la ducha para ir a comer, en la ducha no dejo de pensar en Evangeline y pensó que tendría que dejar de pensar en ella porque sino no podría estar más sin verla, esta tarde, no siestas, nada, la buscaría en el comedor y se la llevaría a su tronco.

Dicho y hecho acabaron en el tronco desnudos, jadeando y sudando despues de haber saciado su deseo dos veces. Aunque Evangeline tuviera apariencia de chico eso no le impedía nada a Euclides, la quería igual.
-Mira que guapa eres.-Le dijo Euclides mostrandole el espejo.
-¡Lo has encontrado!
-Espera, tengo uno igual en la mochila, deberíamos hacer el cambiazo por si acaso.
-No creo que sea nece...-Unos ruidos de pisadas por el bosque le interrumpieron y se vistieron enseguida. Era su padre.
-Jovencito, dame el espejo que has cogido, te dijimos que no bajarás al sotano.
-Ten.-Dijo él dandole el falso mientras Evangeline escondía el otro.
-¿Qué haces con él?
-Nada padre, charlabamos.
-Pues cuando te vistas para ocultarlo no te pongas la camiseta del revés.-Le dijo su padre mientras se reía y se iba.

-Que vergüenza.-Dijo Euclides sonriendo.
-Me alegro de que hayas encontrado el espejo, gracias.
-De nada, mañana investigare más por si hay cura para esto y nos rebelaremos destruyendo todo esto, ¿prometido?
-Prometido.-Exclamó Evangeline y besó a Euclides.

Sexagésimo cuarto(parte4)

Les esposaron.

-Euclides, haran lo que nunca quisimos.-Dijo Evangeline con lagrimas en los ojos.
-Recuerda que pase lo que pase nada cambiará, te seguiré amando.

Tal y como Evangeline había supuesto a ella se la llevaron al laboratorio y encerraron a Euclides en su cuarto sin salir ni a comer. Él no podía dejar que eso ocurriera, no sin rebelarse, salió de su cuarto, su padre que pasaba por allí le paro:
-Estas castigado, señorito.
-¡¿Perdona?! ¿Después de todos los castigos que he tenido y el que se me acerca  crees que puedes seguir castigandome? Soy mayor de edad por si no lo recuerdas y me quiero ir de este mierda sitio y con Evangeline por cierto.
-A mi no me hables así, un respeto. Sigues bajo mi techo, mando yo.
-¿Qué le estáis haciendo a Evangeline?
-Deja ya a esa chica, lo vuestro no llegará a nada, va a cambiar.
-¡¡¡No!!! No os saldréis con la vuestra.
-¿Quién lo va a impedir? ¿Tú? Vuelve a tu cuarto.
-Sí, yo si hace falta sí.
-Te estás pasando ¿Te alargo el castigo?

Después de esa discusión cerró la puerta de su cuarto de un golpe, pensó en salir por la ventana pero estaba demasiado alta y era muy pequeña, corrió la cama y la puso debajo, nada, seguía sin llegar, probó saltando de la cama y con un gran salto se aferro al alfeizar, nada, se cayó a la cama. Era imposible salir de allí, al fin se quedó dormido.

Después de un mes ahi encerrado dejando notas en el alfeizar que nadie recogía al fin pudo salir y fue corriendo al tronco:
-Eh! Tio quita de ahí es mi sitio, me siento yo.-Dijo al ver a un rubio sentado en su tronco.
-Euclides, soy y...-Se vió interrumpida por un abrazo.
-Te echaba de menos, no recogiste mis notas del alfeizar.
-Me han cambiado de colegio y ya no paso por tu casa para ir, todo me esta yendo fatal.-Dijo con lágrimas en los ojos.
-Corazon, tranquila. ¿Qué es esto?-Dijo Euclides mientras cogía un trozo de espejo que había en la mochila abierta de Evangeline.
-Ah, nada lo encontre mucho antes de que nos escaparamos, no se de dónde es.
-Espera, estás flores se ven diferentes con el espejo.
-¿Cómo dices?
-Mira, en el espejo están marchitas y ahí están preciosas, al principio del proyecto oí que mi padre decia que lo habían probado en las plantas primero, pero en el espejo se ve como estaban mucho antes, cuando era pequeño y corría por aquí las veía así, que raro.
-No tan raro, ¿y si ese espejo ve todo sin los dispositivos?-Dijo Evangeline mirandose en él.
-Dios, con el espejo estás preciosa.-Dijo Euclides besándola y empezando a meter la mano por sus vaqueros.
-Clides, ¿aquí? Es un sitio público.
-¿De qué tienes miedo?-Preguntó mientras la seguía besando y se ponía sobre ella, se desnudaron.
-Osea que no toda tu es un chico ¡eh!-Exclamó Euclides mirando la parte baja de Evangeline con deseo.
-Eso parece.
Y siguieron a lo suyo y acabaron haciendo el amor.

Al día siguiente por la tarde volvieron a verse en el tronco, a desnudarse e hicieron el amor.
-He pensado investigar algo más sobre el espejo, recuerdo que antes de empezar el proyecto mis padres llevaron algunos muebles al trastero, puede que sea un espejo que esté alli.
-Esta bien, mañana por la mañana mientras voy al colegio puedes ir, llevate una de estas flores para comprobar si es el espejo.